¿QUÉ ES UPTOYOU?

ACOMPAÑANDO EL CRECIMIENTO
PROYECTO UPTOYOU

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Un proyecto para renovar la educación mejorando la calidad educativa y personal del educador. ¿Qué relación ofrece el educador al educando mientras ambos trabajan el currículo? Al hablar de currículo es posible que pienses en un ámbito educativo. Sin embargo ¿qué es exactamente el currículo? El currículo abarca todo aquello que debemos atender en nuestras vidas, sin importar dónde nos encontremos.

En el entorno escolar, puede comprender las letras, las matemáticas y el arte; en nuestro hogar, puede incluir la salud de un ser querido o nuestras relaciones familiares con la forma de ser de cada uno; en el ámbito laboral, abarca desde la cadena de montaje hasta tareas de auditoría o la gestión de pedidos de fruta. La esencia de nuestra propuesta radica en la relación que el profesor ofrece a su alumno mientras enseña matemáticas. O la relación que ofrece un padre a su hijo mientras comen.

NUESTRA MISIÓN

La persona solo existe en relación y por y para el encuentro. Nuestra misión es doble: primero, cultivar el crecimiento en las personas que reciben nuestra formación ya sean padres, profesores… respondiendo a las preguntas de qué educar y cómo hacerlo; segundo, promover experiencias de crecimiento en su vida cotidiana. Por eso nos llamamos Acompañando el Crecimiento. Además, buscamos que este proceso de crecimiento no solo beneficie a quienes reciben la formación, sino que también influya positivamente en todos los ámbitos que les rodean: en su familia, en su trabajo, en sus relaciones más personales… En esencia, nuestro propósito es acercar una propuesta educativa vital que mejore la calidad de vida y las relaciones de las personas. Y todo ello, lo hacemos a través de objetivos claros y un estilo educativo concreto válidos tanto para educadores como educandos, puesto que la clave es la relación.

NUESTROS REFERENTES

Acoger la realidad partiendo de la experiencia emocional y no de ideales

Ayudar al autoconocimiento de la complejidad vital centrándonos en necesidades personales y no en resolución de problemas

Despertar la autoría ofreciendo criterios y no recetas

Acceder a la interioridad buscando rastros de humanidad y cuestionando todo juicio

Actuar desde la interioridad centrándonos en el ser y no en el hacer

Impulsar el crecimiento personal promoviendo el agradecimiento y el perdón y no la mejora individual

Lograr un desarrollo sostenible respetando el proceso de cada persona y superando intervenciones cortas, metódicas y generalistas.

Acoger la realidad partiendo de la experiencia emocional y no de ideales.

Comprender y acoger la realidad de nuestras vidas, incluyendo nuestras emociones y relaciones, es esencial en el enfoque de Acompañando el Crecimiento. En lugar de centrarnos en qué "deberíamos" ser o hacer, nos centramos en nuestras experiencias cotidianas reales. Esto marca un cambio significativo de perspectiva, pasando de compararnos con ideales abstractos a examinar nuestras emociones genuinas. La pregunta que nos planteamos ya no es "¿soy una buena madre?" sino "¿he ayudado a mi hijo hoy y hemos crecido juntos?". No estamos sugiriendo que debamos eliminar la tensión. Volviendo al ejemplo de la maternidad, no estamos diciendo que no importa cómo interactuemos con nuestros hijos. Lo que buscamos es transformar esa tensión inherente en nuestro papel de madre en una oportunidad para aprender de los errores, favorecer la reconciliación, crecer y promover el agradecimiento. Es una tensión que nos impulsa hacia adelante en lugar de mantenernos atrapados en la búsqueda constante de la perfección y de alcanzar ideales abstractos.

Ayudar al autoconocimiento de la complejidad vital centrándonos en necesidades personales y no en la resolución de problemas.

Las diversas situaciones vitales, como la falta de colaboración en una familia o las faltas de respeto en un aula, tenemos la opción de abordarlas de diferentes maneras. Podemos optar por imponer reglas, establecer rutinas o aplicar castigos cuando alguien no cumple con lo esperado, para así resolver los problemas que aparezcan. Sin embargo, también podemos abordarlo de otra manera: preguntarnos en qué áreas necesitamos crecer, qué necesita la otra persona, cómo podemos crecer cómo familia o como clase, y cuáles son las dificultades que encontramos para lograrlo. Esta última perspectiva nos lleva a una comprensión más completa de la situación, de la persona y la vida y al mismo tiempo nos permitirá resolver los problemas atendiendo a las personas desde lo que vitalmente necesitan, no sólo abordando aspectos externos que, tarde o temprano, volverán a aparecer de otras maneras.

Despertar la autoría ofreciendo criterios y no recetas.

No es lo mismo ser un educador que actúa con sus criterios propios, consciente de lo que quiere promover en las personas y de lo que no, que ser un educador que aplica recetas que le han dado o le han parecido oportunas, pero que incluso pueden estar propiciando dinámicas opuestas entre sí o no deseadas. En situaciones como lidiar con una rabieta de tu hijo o enfrentar una crisis en tu relación de pareja, no pretendemos darte instrucciones específicas sobre cómo actuar. En cambio, nuestro enfoque se basa en proporcionar criterios fundamentados y profundos que puedas adaptar a tu vida personal. Creemos en la importancia de fomentar la creatividad en tus relaciones interpersonales. ¿Por qué no te diremos qué hacer? Porque reconocemos que cada vida y cada persona es única y compleja. No podemos imponer soluciones universales a situaciones y personas tan diversas. En su lugar, te ofrecemos un sólido marco de referencia para que puedas elaborar tus propias maneras de actuar atendiendo la realidad que te toque vivir.

Acceder a la interioridad buscando rastros de humanidad y cuestionando todo juicio.

En situaciones en las que parece que no hay solución o cuando nos sumergimos en el profundo ser de alguien, es fundamental descubrir y potenciar aspectos valiosos que merecen ser rescatados. Consideramos importante reconocer que tus mejores deseos también pueden encontrarse incluso en tus comportamientos menos “ideales”, más caóticos o rechazables, al igual que ocurre con los de los demás. El acto de criticar, por ejemplo, no creemos que haya que eliminarlo, sino que más bien necesita ser una oportunidad para que la persona se conozca a partir de él y, como consecuencia, pueda replantear su estilo de relacionarse y su comportamiento. ¿Por qué critico? ¿Busco mejorar el mundo? ¿De qué tengo miedo? ¿Por qué me relaciono de esa manera? Encontramos buenas intenciones, que queremos rescatar y potenciar, mezcladas con malas soluciones, que ayudamos a reorientar con nuevas formas. Lo mismo ocurre con emociones como el odio, o los celos, que lejos de ser controlados, creemos que merece la pena entenderlos como una oportunidad que la persona se conozca (por qué siento así, qué pensamientos tengo, qué deseo, qué espero…), se comprenda (qué información de mí aportan estas emociones), encuentre sus mejores deseos (deseos de encuentro interpersonal), y desde ahí potencie una nueva forma de vivir y relacionarse.

Actuar desde la interioridad centrándonos en el ser y no en el hacer.

Nuestra propuesta nace de la interioridad, donde la atención se dirige hacia el ser en lugar del hacer. En situaciones como el desafío de lograr que un hijo coma o que un alumno estudie y preste atención en clase, en lugar de simplemente preguntarnos "¿qué debo hacer para que mi hijo coma o mi alumno estudie?", proponemos un enfoque más profundo: "¿cómo puedo realmente ayudar a mi hijo que no quiere comer?" o "¿cómo puedo apoyar a mi alumno que no quiere estudiar o prestar atención en clase?". Esta perspectiva implica que las acciones surgen de una reflexión interior. Existe una persona, con una interioridad compleja siempre abierta, que es el origen de nuestros comportamientos, como educadores y como educandos. Por lo tanto, creemos que para tomar decisiones primero es necesario atender estas necesidades personales o heridas vividas, y así toda la persona se desarrolla en cada acto.

 Impulsar el crecimiento personal promoviendo el agradecimiento y el perdón y no una mejora individual.

En contraposición a una mentalidad individualista que puede acercar o alejar a las personas según su conveniencia o sus emociones, nos planteamos cuestiones más profundas y acordes a la naturaleza relacional del ser humano. En vez de cuestionarnos un progreso personal en función de metas individuales, planteamos el interrogante de cómo ser más intensamente lo que ya somos: seres de relación, que viven por y para el encuentro interpersonal. Es decir, cómo puedo, en mi día a día, crecer en mis relaciones, y así yo también crezco. Concretamente, el agradecimiento y el perdón son dos dinámicas que nos ayudan a vivir nuestra vida, nuestra identidad y nuestra historia de forma unificada y plena: a quién necesito agradecer hoy, a quién estoy ayudando o quién lo está haciendo conmigo, a quién me vendría bien pedir perdón… Todas ellas preguntas que nos llevan a mejorar las relaciones y, como efecto, también a experimentar mejoras individuales.

Lograr un desarrollo sostenible respetando el proceso de cada persona y superando intervenciones cortas, metódicas y generalistas.

En situaciones de la vida cotidiana, en lugar de enfocarnos únicamente en lo que se debe hacer en el momento presente, adoptamos una perspectiva más amplia al buscar conexiones entre la situación actual y otras que la persona pueda enfrentar a lo largo de su vida. Por ello, no nos centramos en la mera resolución de problemas, ni tampoco en recuperar el equilibrio emocional perdido en ocasiones, sino que la pretensión es de mayor alcance: cómo usar los problemas para el crecimiento de las personas, cómo usar las tensiones y desequilibrios para inaugurar una novedad en la vida de las personas. Por ejemplo, ante la frustración que experimenta un niño que no quiere recoger sus juguetes, no nos centramos solo en cómo resolver la situación inmediata, sino que educamos en la comprensión de que las acciones forman parte de un proceso más amplio, que incluye la preparación y la "recogida". Esa frustración no es un problema que corregir, sino una experiencia que vivirá toda su vida, aunque de distintas formas, y también con distintas consecuencias. Por eso, se trata de una oportunidad fantástica para ayudarle a comprender y vivir esa tensión. Nuestro enfoque educativo apunta a objetivos que trascienden la situación presente y se aplican a lo largo de toda la vida. Esto permite que la persona sepa cómo actuar en el momento actual sin sentir presiones o agobios, con desarrollo sostenido a lo largo del tiempo, y con la capacidad de intervenir de manera más efectiva y consciente en diversas situaciones de la vida.

Respaldado por universidades nacionales e internacionales

En Acompañando el Crecimiento (Proyecto UPTOYOU) contamos con dos líneas de trabajo:

  1. La línea de investigación con varias universidades (Universidad Francisco de Vitoria , Universidad de Navarra, Universidad de Reading, Universidad Católica de Valencia. Universidad Cristóbal Colón) para investigar sobre las emociones en la acción humana y el crecimiento personal desde el diálogo entre la filosofía, psicología y neurociencia.
  2. La línea de formación para docentes (escolares y universitarios), familias, empresas y organizaciones, y niños/as y jóvenes. Todo con programas diversificados según los objetivos a alcanzar.
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